sábado, 1 de septiembre de 2012

Una noche como otra cualquiera

Acabo de llegar de la calle. Lo que comenzó como una bonita velada, ha terminado como una noche melancólica. Pero solo para mí.
Si intentase leer una de mis entradas antiguas ahora, no me sentiría identificada. Es como si toda la felicidad se hubiese esfumado de repente, dejándome aquí sola, con el ruido del ventilador.

Me está entrando frío, será la tristeza.

Me siento realizada conmigo misma, pero no me siento feliz. Yo soy yo y el universo no quiere comprenderlo. Y me frustra.

Mi amiga ha dado un concierto muy bueno con su banda. Se la veía feliz, disfrutaba. Y durante el concierto, su música me transmitía esa satisfacción. Pero los conciertos no duran para siempre.

Tras media hora sin exagerar aguantando como un chaval buitreaba/ligaba/daba el coñazo con otra de mis amigas, salimos del pub.

Este pub en el que estábamos hasta hace un momento, es de un primo de mi padre. Su hija se llama como yo y también la operaron de escoliosis... siempre me ha parecido curioso. De pequeña, este hombre me daba conguitos gratis y paraguas de cócteles. Hoy parecía no reconocerme. O, quizás, no quería.

Recuerdos. Melancolía. Tristeza. Depresión.

De camino al bar heavy me sentía sola a pesar de ir con dos amigas. Y ese sentimiento no cambió al llegar al bar.
Una vez allí, mi ex. (Ojalá se atragantase con la croqueta que le ofrecí hace un par de noches, antes de saber la de putadillas que me iba a hacer. Ojalá se atragantase, tuviese estreñimiento ocasional y se viese obligado a tomar activia para el tránsito intestinal).
Una vez allí, el chaval que lleva intentando liarse conmigo toda la semana. Pero como si yo fuera un clinex o algo. A lo 'usar y tirar'. Se acababa de liar con otra, así que por esta noche ya tenía lo suyo. Putos tíos, todos iguales.
Una vez allí, mis amigas preguntándome que qué me pasa. ¿Qué me va a pasar? Nada. Llevo toda la noche sintiéndome margi, pero no pasa nada, vamos.

Pero ahora no estoy allí, estoy aquí. He saludado con voz baja al entrar en casa, para no despertar a mi hermana. Aún así, me ha llegado al oído un 'shhh' de mi madre. Pero es normal. Su filosofía de vida dicta que todo lo que yo haga está mal. No es nada nuevo.

Y ahora estoy tirada en la cama, incómoda, sin tacones y con el vestido a medio quitar. Necesitaba escribir, gritar con bolígrafo y papel.Garabatear, dejar libre expresión a mi mente, escribir sin pensar.

Bostezo.

Creo que es hora de pijama y cama.
Quiero cerrar los ojos y dormir. No pido dormir bien, eso hace mucho tiempo que no lo hago. Solo pido dormir.

Mañana estaré bien. Las noches siempre son tristes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario