Os hacéis querer. Hay que tener muchísima fuerza de voluntad para leer mis entradas, mis cagadas, mis historias, mis reflexiones, para leer un pedacito de mi vida. Y se agradece porque, aunque hago esto por el gusto de desahogarme y escribir, saber que me leéis me da aún más ganas de seguir escribiendo. De verdad. Sois majísimos. Y mientras estéis ahí, prometo
¡Un beso, corazones!
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